Y aquí me tienes, pensando en ti entre cuatro paredes de mierda. En como se me salen las tripas por las orejas y las escupo des de la garganta. Tus ojos... esos ojos, que reflejan tu alma. Alma apagada y triste con ansias de esperanza. La ilusión, ardiente y chorreante como la sangre que brolla en las venas de mis muñecas. No te quiero, no te amo, pero me atas a la vida, porque por dentro me acuchillas. Pocas personas son capaces de provocar ese dolor, esa euforia. Como si me alimentases de vida por una sonda. Y de nuevo tu mirada. Sería como levantar la vista al cielo, atravesar el verde de tus ojos y convertirme en tus neuronas, convertirme en tus hormonas, en el latir de tu corazón. Y me mata el concepto de no llegar a verte, porque no hay segundo en mi día en el que no te esté mirando. Porque me estás cosiendo unas alas con hilos de hierro en la espalda, pero si tu no estás, me caigo al suelo...
Me aferras de nuevo a la locura, al caos. No quiero un mundo contigo, sólo quiero entender tu caos y formar parte de él. Que me muerdas los codos, las orejas, y las rodillas. Quiero verte bailar con un sombrero en la cabeza, escucharte gritar, el ruido de tus pasos, tus carcajadas, incluso quiero ver como las palomas cagan sobre tu cabeza!!!!!
Porque me quemas, me enamoras cada días más, quiero pasar un segundo contigo. Descubrir que se siente a tu lado. Ya entonces, seguro me gustaría respirar tu aliento.